Mi experiencia

Estas fueron las experiencias que más marcaron el trayecto de mi vida y me llevaron hasta donde estoy hoy.

Cuando conocí el valor trabajo y del dinero:

El esfuerzo, el trabajo y la constancia por un deseo tiene su recompensa. Ese mismo principio se puede aplicar para todo lo que desee cualquier ser humano en la vida.

En 1991, a la edad de 7 años, ingresó al Colegio Sagrado Corazón en Barranquilla, Colombia.  Ahí, pagaban por cada canasta llena de botellas vacías recogida y entregada en la cafetería de la institución. Aunque gracias a mis padres todos los días tuve lo necesario para las meriendas, nunca gastaba todo lo que tenía. Entonces, ahorraba ese dinero  y adicionalmente recibía un pago por las botellas recogidas. Hice esto por 1 a 2 meses mientras hacía amigos en mi grado escolar.

Luego de haber acumulado suficiente dinero se lo prestaba a mi padre cuando necesitaba. Adicionalmente en vacaciones, trabajaba en la empresa de mi mama empacando agendas para los empleados temporales con mi hermana. A esa edad comprendí que mi deseo de obtener las cosas ya no dependía sólo de extender la mano y pedir sino de hacer un esfuerzo y dar algo a cambio.

Emprendimientos fallidos, pero en esta vida todo se puede hacer

Seguí creciendo como cualquier niño, jugando futbol, beisbol, videojuegos, termine el colegio y obtuve mi grado de bachiller. Al entrar a la universidad no sabía que estudiar y por sugerencia de mi padre comencé a estudiar Ingeniería Mecánica la cual nunca terminé. A la edad de 20 años comencé Comunicación social y periodismo donde me gradué como estudiante sobresaliente.

Durante ese periodo tenía una sed por hacer algo diferente; comerme el mundo con mis ideas,  pero como todo emprendedor no tenía claro por dónde empezar, así que busque orientación y les conté mi nuevo proyecto a las personas menos indicadas. Quería diseñar una revista o medio masivo de comunicación, la respuesta de la persona con la que la compartí fue:

“Bueno pero para montarle la competencia a Revista Semana mejor no montes nada”.

Mi primer aprendizaje en la vida de un emprendedor

“Cuenta tus ideas a personas que ya tengan el resultado en su vida”.

Mi segundo intento de emprendimiento fue un proyecto de construcción en un lote que mis padres habían adquirido en el año de 1976, pero que aún no había sido legalizado. Cuando le insistía a mi papá, quien era arquitecto, que hiciéramos un proyecto en ese lote me sacaba las mil y una excusas, la que mejor recuerdo fue cuando me dijo: “Estás loco, tú no tienes plata”.

Segundo aprendizaje en mi vida de emprendedor:

“No necesitas dinero para desarrollar una idea. El dinero está donde tenga que estar”.

Continúe adelante con mi idea y como buen emprendedor y con ganas de hacer algo más que simplemente estudiar por un título universitario, seguí presionando sobre este lote y consultando con diferentes abogados profesionales para organizar legalmente este lote. Como en algunas ocasiones sucede las personas dan respuestas vagas como: “No mijo, ese lote está perdido, ya no es tuyo” otro abogado dijo “No pierdas tu tiempo, no tienes nada que hacer ahí”. Seguí intentando y pujando, y tres años después había logrado tener el lote a nombre de mi hermana y mío.

Tercer aprendizaje en mi vida emprendedora:

“Que otra persona diga que NO se puede hacer algo, lo quiere decir es que él no sabe cómo hacerlo”.

Mi primer negocio y proyecto:

Justo cuando tenía todo organizado para irme a vivir a Canadá a la edad de 26 años, en busca de algo más grande que no encontraba en Barranquilla, mi papá falleció. Las cosas que suceden inesperadas, ni siquiera las puedes creer. Los que han perdido un ser querido sea padre o madre saben a lo que refiero. Me preguntaba, ¿ahora qué hacía? Ya mi hermana se había ido de Colombia y yo también me quería ir, existían dos empresas familiares que mi mama dirigía pero  ¿qué hacía? Me iba o me quedaba? Luego de varias conversaciones decidí quedarme y prepararme para liderar las empresas.

Pero yo no quería hacer eso, simplemente la vida me había puesto ahí. Así que me quedé, al no estar mi padre, enfrente muchos cambios internos como hombre de familia, cambia la manera de pensar y comienzas a ver la vida y sus procesos desde una perspectiva diferente. Me di cuenta que ya no dependía de la aprobación o consejo de mi padre para hacer algo. Retome la confianza y deseo en el proyecto  de construcción, trabaje en su  diseño y presupuesto, al tener esta primeros avances, apareció un primer socio quien andaba en busca de un lote, así que lo invertí y después de muchos años y retos superados, por fin fue una realidad.

Cuarto aprendizaje de mi vida emprendedora:

“Cuando la idea esta lista, el dinero aparece”.

 Mi experiencia en el manejo empresarial:

Desde los 26 años comencé a manejar y gerenciar los negocios familiares sin experiencia, sin saber cómo manejar personal, la mayoría con más experiencia y de mayor edad. Tenía muchas dudas, aplicando lo que yo llamo:

“Puro sentido común combinado con miedo”.

Estudié Comunicación Social y periodismo carrera que no ejercí por fuerza mayor. En vez de eso tuve que aprender el manejo empresarial. Entonces aprendía haciendo y luego estudiando. Así que hice una Especialización en Marketing y Master en Administración de negocios. Los negocios siguieron andando a su paso y yo tropezaba y tomaba malas, buenas y excelentes decisiones.

De mis grandes aprendizajes fue que el cliente más importante de las empresas nos terminó el contrato. Esto generó una serie de acontecimientos de dinero, en crecimiento empresarial así que en estado de alerta me lance a la calle y me cargue recomponer la situación de las empresas.

Es necesario llevar en sí mismo un caos, para poner en el mundo una estrella danzante. Friedrich Nietzsche – Así habló Zaratustra.

Sin embargo, me sentía amarrado en un escritorio, frustrado, sentía que gerenciar no era lo mío, lo mío, era la gente, mirando que otra cosa se podía hacer diferente. Comencé a ver cosas que otros no, así que me idee otros negocios que los fui incorporando al grupo, aumentando su tamaño de 2 empresas a  7,  todas,  hacen parte de este grupo, y sé que es cuestión de tiempo para que se expandan más de lo que son ahora. La conclusión de este episodio es que Aprendí la lógica empresarial rápidamente y se me facilitan la creación de empresas, la generación de nuevos negocios, generación de más ingresos, expandir las cosas existentes, crear nuevos proyectos, hablar y llegar a acuerdos con gente.

Quinto aprendizaje de mi vida emprendedora:

“Siempre vas a terminar haciendo lo que viniste a hacer a este mundo, solo debes seguir los impulsos del corazón”.

Mi propósito de vida:

Hace aproximadamente 1 año conocí una amiga que sin saber quién era le abrí mi corazón y comencé a contarle mis proyectos educativos para la base de la pirámide. Luego ella me contó que era una coach holística, pero  sabía que la palabra holística tenía una connotación mucho más elevada que dormir y alimentarse bien, así que le conté todo lo que era holismo (Paréntesis, desde los 20 años me atraía y leía todo lo que tiene que ver con filosofía, metafísica, maestros chinos, hindúes, Kybalion, kabala, budismo, tantra y muchas corrientes filosóficas que están por fuera del mundo material) así que ella sorprendida me dijo, ¿cómo sabes todo eso? y solo recuerdo que me dijo

 “En algún momento tendrás que compartir toda esa sabiduría ancestral que tienes”.

Como  sucede a todos los mortales oímos pero no escuchamos, toda mi vida he sido más consciente que la mayoría de mis amigos y conocidos donde me he desarrollado y luego de la nada comencé a dar consejos gratis sobre manejos de las cosas en el mundo material y espiritual y las últimas personas que de alguna manera me contaban sus problemas financieros o ideas de negocio se sienten tan agradecidos y me sentía tan bien ayudándolos a ver lo que ellos no veían con claridad que decidí hacerlo masivo.

Sexto aprendizaje de esta historia:

“Nunca des por hecho que lo que sabes las personas alrededor tuyo también lo saben”.

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